Ser sostenible o ser rácano, esa es la cuestión

Estos dos adjetivos se han ido repitiendo en mi discurso últimamente, por este motivo me gustaría dedicarle un ratito a ellos.

 Después de unos meses donde las compras son inevitables, aunque no quieras te ves involucrado en ellas, estas Navidades mi hijo me pidió que le comprara el regalo del “amigo invisible” para una compañera del instituto. Ella quería un esmalte de uñas y él no tenía muy claro donde encontrarlo. El precio establecido de compra máximo eran quince euros. Bajo esta premisa: “si cuestan menos de diez euros cómprale dos”, fui a la tienda. Allí vi que el esmalte costaba trece euros, en ese momento entré en pánico :) . Si voy con un solo esmalte seguro que me va a decir que es poco y “¡qué rácana eres!”, y sin embargo ciñéndome a mis valores no querría comprar más de uno. Creo que un esmalte de uñas para una niña de quince años que nunca va a terminar era más que suficiente porque pensando en todos los que yo tengo en el armario, en el caso de que los utilizara el resto de mi vida, no los iba a gastar. Decidí seguir mi intuición y no dejarme llevar por el consumismo en este caso de “quedar bien”. Parece que mi hijo lo entendió aunque no pudo dejar de decirme que seguro que en alguna otra tienda me hubiera costado menos y así podría haber comprado dos. Parece que la única variable para algunos adolescente es el coste, la variable recursos consumidos no entra en su vocabulario, lógico, ¡para eso estamos los padres, para concienciar! Aunque en muchos casos es al contrario.

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Porque en una sociedad donde se valora más el tener que el estar, es difícil convencer que ser sostenible (rácano en ocasiones para algunos) es la vía más saludable, sobre todo entre las relaciones personales, estar con los que quieres, compartir espacio físico con los tuyos, etc. Cada vez es más claro que lo que tienen en común las personas que son más felices es que pasan y dedican tiempo en relaciones de calidad creando momentos sanos y satisfactorios.

 

Volviendo al tema de los regalos y a ser más sostenible, ya hace veinticinco años que en mi grupo de amigos de toda la vida, hacemos un “amigo invisible” diferente, lo llamamos Pongo ­–espero con esto ponerlo de moda–. Os aseguro que desde que lo hacemos así, nos reímos mucho más. Nuestro Pongo consiste en coger un objeto que tienes en casa, que ya no utilizas y que sin embargo durante muchos años es algo que te ha acompañado –pero pasado un tiempo piensas: “¿y ahora donde lo Pongo?”–,  además no estas dispuesto a dárselo a cualquiera o a tirarlo, ¡horror!, esto no por favor. Cada uno elige libremente lo que lleva, a algunos les gusta aprovechar regalos de hace años que tiene bastante de vintage, otros objetos más prácticos; ahí la creatividad de cada uno. Todos estamos de acuerdo que desde que lo hacemos así, vuelve a ser divertido y no lo que resultaba antes que era pesadísimo pensar en algo que comprar y ver cómo cada año se repetía ese día como el de la marmota. Un consumismo que no tiene sentido y que al final sabemos que el regalo acaba en un cajón sin que le des utilidad, un esmalte de uñas más con un color que en la vida me pondré y sin embargo el gasto de todos recursos para que llegue a tu casa, ahí se quedan sin más.

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 Cuando lo hablo en casa con mis hijos: “¿Qué os parece el Pongo, esto es ser rácano o sostenible?”. Ellos se ríen como cualquier chaval, les parece absurdo porque aunque si se iniciaron con Wallapop porque les daba un dinerito, regalar algo usado lo ven fatal, a ellos solo les vale lo nuevo y lo último. Y si pienso en el grupo de personas que componen mis amigos centrándonos en su rol de consumidores, no creo que este sea un grupo especialmente orientado a temas de consumo responsable o economía circular, sin embargo se que el sentido común nos lleva a pensar que esta es una muy buena alternativa a cualquier típico “amigo invisible”.

 

Intento ponerle bastante conciencia al tema de las compras y cuando es algo que puedo evitar lo hago a pesar de que alguien cercano me puede ver actuar un tanto rácana. He hecho una búsqueda de la palabra rácana en la RAE y además de tacaño y avaro, aparece una acepción que desconocía: artero y taimado. Su significado es astuto y pícaro. Si nos enfocamos en el origen de las palabras observamos que ser rácano tiene mucho que ver con actuar de forma pícara y esto seguro que es bueno para nuestro planeta y en concreto para nuestros recursos.

 Para cualquier objeto que no necesites ya pero que esté un buen estado puedes utilizar www.nolotiro.org, siempre hay detrás alguien que está dispuesto a recogerlo y utilizarlo gustosamente.